Bodega familiar de la Valle de Mediona

¿De dónde venimos?

La historia de Can Vich ha ido siempre ligada a la Masía y al cultivo de sus tierras, sobre todo de la viña.
En los alrededores de la masía, encontramos indicios de este cultivo en los márgenes que enmarcaban los viñedos, en las barracas que ofrecían cobijo a los agricultores, y en las pilas de piedra donde se preparaba el «caldo» bordelés para tratar las cepas.
La casa solariega está llena de objetos, vestigios del pasado, que nos muestran la vinculación de nuestros antepasados ​​con el vino. Encontramos desde antiguas prensas de piedra hasta unos de los primeros bodegas motorizados de la zona.
La autosuficiencia de la vida en la masía se manifiesta también en los utensilios, la prensa de aceite y el horno que utilizaban para la elaboración del pan.

La Bodega y Viñedos

Tras un paréntesis en la elaboración de vino en la masía y de años dedicados exclusivamente al cultivo de sembrados y viñedos, el Lluís Vich decidió empezar de nuevo la elaboración del vino en Can Vich.
Aprovechamos la antigua bodega de la casa familiar, llamada también «Can Vich», situada en el pueblo de Sant Joan de Mediona. Y con la ayuda y los ánimos de la familia y los amigos empezamos a hacer pruebas y adecuar paulatinamente las instalaciones de la bodega.
Después de unos años experimentales, mucho trabajo e ilusión, decidimos dar el paso adelante y dar a conocer nuestros vinos el año 2012.

Vinos ecológicos

Nuestras viñas están situadas alrededor del pueblo de Las Casas Nuevas de Can Pardo, además de quinientos metros sobre el nivel del mar, entre los municipios de Mediona y la Llacuna.
Las viñas no forman un conjunto uniforme, sino que están dispersas entre sí, en pequeñas parcelas. Y es por eso que cada viña y cada vino tiene su propia historia
Desde del 2019 los vinos de Can Vich elaboran bajo la certificación CCPAE.